jueves, 14 de enero de 2010

Cómo hacemos las cosas. La ley del mínimo esfuerzo.

No sé vosotros, pero yo toda mi vida he escuchado esas críticas de los abuelos y padres cuando hablan de nosotros y del esfuerzo que dedicamos a las cosas. Escuchamos cómo en sus tiempos había que apechugar con todo y esforzarse, y que los jóvenes de hoy no damos un palo al agua, en comparación.

No lo negaré. Es cierto. Aunque los tiempos han cambiado, y hay multitud de cosas por hacer, y todo un modelo industrial de negocio del ocio que nos grita constantemente "ven a mí". Sirvan como simples ejemplos, tele, consolas, chat, facebook, movil,... por citar los más extendidos.

Así es difícil estar en reclusión todo un día estudiando, o haciendo lo que se deba.

Que hacemos la mayoría? Pues depende de cada caso però, por lo general, creo que existe un modelo de conducta pautado en muchos casos:

Nos enteramos de "algo" que nos va a suponer un trabajo y esfuerzo, para una fecha determinada, aún con tiempo. (Ese algo puede ser un examen, gestiones, llamadas, pago de facturas, operación bikini, whatever,... )

Como todavía falta mucho para el dia D, pues lo lógico es pensar "bien. me doy por enterado. YA LO PREPARARÉ. Pero más adelante que ahora echan "La Señora Fletcher"*.".

Entonces aquí pueden pasar dos cosas:

1 - No lo pensamos más hasta brevísimos instantes antes del día D.
2 - Al poco tiempo del primer YA LO PREPARARÉ, pensamos "Debería prepararlo". Y acto seguido o al día siguiente preparamos mentalmente un pequeño planning del tiempo que prepararlo todo nos va a llevar. Entonces hacemos algo curioso, que es apurarlo:

"Creo que con un par de horas, y luego el dia siguiente lo remato bien, .. creo que ya lo tengo eh? Es que ahora.. ahora no me .. no me dice a mi el corazón de ponerme en serio. Pero luego si. Iré a saco"

Y luego seguimos sin hacer nada o apenas nada. Aquí se juntan los puntos 1 y 2, es decir, estamos sin casi darnos cuenta, de un día para otro, con el agua al cuello.

Entonces si que empiezan a sonar alarmas y es un "sálvese quien pueda o se arma la del pulo" ("Se va a havé un follón que no sabe ni dóOOonde sa metío", que dice el de APM). Entonces apretamos, y tanto que apretamos, apuramos todo, vamos de puto culo cada día, sin descansar ni dormir apenas en algunos casos.

Y luego es una ruleta. A veces lo salvamos bien, a veces salimos del paso justitos, y a veces nos pilla el toro y se nos cepilla.

Y luego claro, independientemente del resultado, nos vamos de fiesta, que llevamos unos días de pena y hay que desconectar y para eso somos del país del cachondeo.


Siempre apurando

Sería mejor administrarse el tiempo paulatinamente, con pequeños y asequibles objetivos, si. Lo sabemos todos. La teoría esta muy clara. Pero por desconocidos motivos, a veces no logramos ser tan estrictos con nosotros mismos. Y luego pues tocará correr y ya lo sabemos.

Y así va el país como va. La educación de pena, la administración publica ni os lo cuento, etcétera, etcétera.


A modo de anécdota conozco una persona que quiso preparar, examen como Dios manda, con tiempo suficiente. Estuvo días enteros estudiando. El día del exámen repasó lo último, comió sin prisa y se preparó para ir a la Universidad a por nota. Y le llamó un amigo:

- ¿Cómo es que no has venido a exámen?!
- ¿Ahora iba a ir, a las 4, cómo que si no he ido?
- ¡El examen era a las 10 de la mañanaa!"
- O_O! (QUEEEEEEEEE!?)

(tuvo que repetir la asignatura entera)

¿Algun metodo mágico para afrontar la vida sin sufrir?

3 comentarios:

míri.am dijo...

Quantes vegades m'he hagut de sentir això de la llei del mínim esforç.. i no sé pas perquè, amb lu trempada que sóc jo.. jajaja!

míri.am dijo...

i pooobre aquest que li va passar això, no? xd
un cop que fa les coses com déu mana i mira, no le sirve pa' na'..

mombolla dijo...

sota pressió es treballa millor