jueves, 4 de febrero de 2010

Nada como una cama



Casi todas las noches, por suerte, uno puede dormir en su cama. Una cama de talla "pocket" como yo, de 80 x 180 cm, sin demasiadas historias.
Un somier normal y corriente, con eje central de metal con varias láminas de madera transversales. Sin revolución del descanso, sin complicaciones.
El colchón, de muelles (antes era de espuma simple de cuatro dedos de grosor pero, tras trece o catorce años de fiel servicio, decidimos cambiarlo), tiene un lado de invierno y uno de verano, aunque sólo se sabe qué lado es el malo cuando uno se levanta empapado en verano por el calor.
La almohada es de espuma con efecto "memoria", aunque su verdadera cualidad es el grandioso Alzheimer que padece. Siempre se le olvida que alguien ha tenido la cabeza allí durante más de seis horas. Siempre vuelve a estar como el primer día, lo cual se agradece puesto que es como estrenar almohada cada noche.
Las sábanas son de ropa. Y punto. Ni sedas ni nada. Sólo en invierno, van rellenitas (las que se dejan) de un nórdico no muy gordo.

Presentada la cama al público lector, faltaría presentar el público a la cama, però voy a omitir esta parte. Si alguna buena moza quiere que le presente formalmente la cama, que me lo diga y yo se la presento encantado. ;)

Entonces, hechas las presentaciones, lo más habitual es dormir encima de esa cama. Y uno va a lo que va, a dormir, no a pegar brincos, ni a estudiar. Se llega, se acomoda, se cierran los ojos y a hacer quilómetros.


A veces hay que lidiar un poco con la cama por estar fría. La solución suele ser en dos variantes: dormir acurrucado y levantarse a la mañana siguiente con el pack "Pareciera que tengo 95 años de lo 'crujío' que estoy", o echarle imaginacion e imaginar que se esta corriendo la etapa contrarreloj del Tour de Francia (en esa segunda fase es fácil pasar del "me hielo" al "ahora tengo calor" en dos pedaladas de más).

Hasta aquí lo de todos los días. Por vivir lo mismo todos los días las noches uno no aprecia ni valora lo que le proporciona descanso. Pero muy de vez en cuando, a uno se le para el mundo al acostarse y se da cuenta de lo bien que le sienta el conjunto de elementos que conforman la cama. La almohada es firme y acoge la cabeza pero con suavidad. Las sábanas tienen una temperatura ideal, ni demasiado frías ni demasiado calientes, y el roce de la piel con ellas provoca una sensacion de suavidad tan grande que empiezan a aparecer por la mente ositos de peluche y abrazos. Y entonces es cuando uno se da cuenta de que, cada noche, la cama lo abraza incondicionalmente, velando por el descanso y comodidad del huésped, permitiendo así que éste sólo se tenga que centrar en una cosa: " hasta mañana..".

4 comentarios:

míri.am dijo...

jo estic contentissima amb el meu llit tan espaiós (més d'una persona s'ha enamorat del meu llit), amb els meus coixins de plumesss..

però desitjaria trobar un llit, que em desperés i no em fes mal l'esquena. n'he provat més d'un i tots em diuen "ui, amb aquest no et farà pas mal" i què va..

tot i a vegades despertar-me amb mal d'esquena, no canviaria per res del món el meu llit. si algun dia l'arribes a veure, entendràs el pq.

un petó!

Bluemey dijo...

míri.am: En la mía también tengo días que me levanto con la espalda molida, pero ya se pasa.

buneno tanta propaganda sobre esa cama, tendrás que invitarme a tomar el té un rato y me la enseñas, a ver si me enamoro de ella yo también ^_^

bss!

Anónimo dijo...

aqí el llit es petit, el matalàs de 3 dits de gruix i el coixí és algo surrealista, indefinible, 2 persones hi dormen per estar juntes pero si el qe es vol es descansar, no contis ni amb el company ni amb el llit, lu millor per descansar és cansarse molt abans.

m'agrada molt el text, estàs acurant la teva escritura, i saps qe amb aqestes coses soc força observador.

Bluemey dijo...

jajaja, exacte XD

a mi, personalment el que em sol agradar en la majoria de casos es un llit d'hotel. N'he provat alguns que encara m'hi estaria XD.

Merci pel compliment!